Si tuviéramos que describir con una sola palabra este país, el adjetivo sería «verde«, más de la mitad del territorio está copado de bosques, cascadas y parques naturales, protegidos en su mayoría. El protagonista de este escenario natural es por excelencia el Parque Nacional Triglav, aunque comparte este honor con otros 44 parques paisajísticos, y 3 parques regionales.
Un país de apenas dos millones de habitantes que comparten con el mundo sus frondosos bosques, sus montañas nevadas, sus viñedos y su rica gastronomía, y además no sólo nos muestra su superficie, sino que bajo sus verdes campos se encuentra un mundo subterráneo digno de cualquier película de Julio Verne.
La piedra caliza erosionada por la lluvia creó hace millones de años un paisaje de cuevas en Eslovenia que asciende a casi 10.000 grutas en toda su área geográfica, es la zona del Karst. Un ejemplo del desgaste de la roca lo podemos vivir en primera persona descendiendo en kayak o rafting el río Soca, con colores turquesas que ningún pintor puede reproducir en un lienzo. Pero el encanto de Eslovenia no sólo reside en su naturaleza virgen, también en sus núcleos urbanos, ciudades medievales como la capital Ljubljana, desprenden historias de caballeros y princesas en sus castillos y palacios de cuento, una ciudad con mucho alma. (Fuente: turismoeslovenia.es)